El gran tenor italiano Enrico Caruso estuvo en Tucumán cuatro días, entre el miércoles 14 y el lunes 19 de julio de 1915. Se alojó en el hotel Savoy y elogió a Tucumán por su deliciosa temperatura, su quietud y su alegría. El primer día caminó por la plaza Independencia e hizo una visita de cortesía al diario El Orden. El joven escritor Fernando de Prat Gay publicó en LA GACETA un soneto “Al gran Caruso”: “Tu voz tiene un ritmo armonioso y sonoro/ Pulida por suaves y mágicas manos; / garganta que trina las notas de un piano / que mecen los vientos en cálido coro”.

Al día siguiente, Enrico encontró la habitación llena de flores: era el día de San Enrique. Paseó por el centro de la ciudad y almorzó en el Savoy mientras el maestro Gaspar Signorelli, con su banda, tocaba en los jardines varias piezas de su repertorio. Por la tarde visitó el ingenio Concepción, donde lo recibió Alfredo Guzmán, y luego dejó su tarjeta al gobernador Ernesto Padilla, a quien no pudo saludar personalmente.

La visita fue muy criticada por el diario El Orden. Caruso cobró por sus 10 conciertos en el Colón de Buenos aires 60.000 dólares y a falta de subsidios para Tucumán el empresario Faustino Da Rosa apeló al entusiasmo de los tucumanos para vender los abonos en el teatro Odeón, que se agotaron. Cantó la ópera “I Pagliacci”, y Manon Lescaut. “Pasarán largos años y se mantendrá latente en nuestro público el recuerdo imborrable de la gran velada lírica”, dijo el cronista de LA GACETA. “Ningún artista en el mundo ha podido hacer nada comparable”.

El lunes Caruso se fue de Tucumán. Les dejó una caricatura a su amigo, el tucumano Martín S. Berho (en la foto, tomada en el Savoy, están Caruso al centro y a la derecha, Berho) y una esquela al maestro Signorelli (quien fue asesinado al mes siguiente): “la sua Banda Municipale suona magistrevolmente”.

La visita fue relatada por Carlos Páez de la Torre (h) en “Caruso en Tucumán”, (23/07/1978) y en “”Llega el cantante Enrico Caruso” (14/07/1986).